No es posible construir un mausoleo si no se erigen los cimientos previamente. Tarde o temprano, por muchas grietas que tapemos, acabaremos sepultados bajo los escombros. Y es que todo empieza dentro, en casa.
Nos enseñan a amar al prójimo, antes que a nosotros mismos. Así se predica en la Iglesia y así se sermonea en la familia. Amarse se ha convertido en un cliché que no queremos escuchar. Fingimos amar a nuestra pareja tal y como es, sin ser conscientes de que no es posible, sin antes hacerlo consigo mismo. La sociedad de hoy, no busca la felicidad individual. Busca aceptarte según los patrones establecidos. Y ni se te ocurra salirte de ahí, o acabarás aislado cual antisistema.
Si no devuelves el cumplido, eres un narcisista. Si anuncias tus éxitos, egocéntrico. Si no te dejas influenciar, dominante. Si te sales de lo establecido, un freak. Y así sucesivamente. La libertad está coartada por una falsa libertad. Mirar por uno mismo antes que por los demás se ha convertido en un flagrante delito.
¡Ten cuidado!
No te vayas a querer demasiado…
Con cimientos,
Claudia Frey
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